Pero también aparece por primera vez un personaje digno de mencionar, la mujer del general Alcázar, Peggy.
Es grosera, poco atractiva, impaciente, se pasa todo el tiempo fumando y gritando, acabando con la paciencia de quienes la rodean, aunque de vez en cuando aparece su lado cariñoso con el general, al que llama "Zarzar" a lo que él corresponde llamándola "mi paloma".
Como nunca está contenta con nada, al final de la aventura el general Alcázar le entrega el Palacio Presidencial que le había prometido, pero en vez de agradecerlo ella protesta por todo lo que tendrá que limpiar.
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