Es el álbum número 19 de la colección y, como ya era costumbre, su publicación empezó en octubre de 1956 acabando la serie en 1958, cuando se editó de forma completa.
Todo empieza con el encuentro de Tintín con un viejo conocido, el General Alcázar. Al intentar devolverle la cartera que había perdido, se encuentra con la venta sospechosa de unos aviones que se usan en el golpe de estado de Khemed, contra el emir Ben Kalish Ezab.
A partir de ese momento los escenarios y la acción se suceden de forma muy rápida, más propios de una película de acción que de una historieta.
La característica principal de este álbum es la aparición de numerosos personajes que ya habían salido antes en las aventuras de Tintín y, si no se han leído con anterioridad, puede resultar difícil ubicar a todos los que aparecen en esta aventura.
Tenemos al General Alcázar, el emir Ben Kalish Ezab y su hijo Abdallah, el Sr. Oliveira de Figueira, Allan Thompson, Dawson, el Dr. Müller disfrazado como Mull Pasha y el cerebro de la operación, el Marqués de Gorgonzola, tras el que se esconde el malvado Rastapopoulos.
En esta ocasión Rastapopoulos sigue con sus actividades criminales, que van desde el tráfico de armas al tráfico de esclavos y que a pesar de la persecución de nuestro intrépido periodista, consigue fingir su muerte y volver a desaparecer.
Al final, cuando Tintín y Haddock regresan a Moulinsart para descansar, se encuentran con el vendedor de seguros, Latón, para acabar de sacar de quicio al Capitán.
Tampoco faltan los habituales, como el profesor Tornasol, Bianca Castafiore, Néstor y los inseparables Hernández y Fernández.
Con la palabra "coque", carbón utilizado en las calderas, Hergé hace referencia al tráfico de esclavos escondidos en las bodegas del barco.
Aunque en este cómic Hergé intenta hacer una denuncia de la esclavitud, recibió críticas por la forma de tratar a los personajes negros, retratados como inferiores a los blancos e infantiles.
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