Continúa....
Todos esperamos el día en el que encontremos un lugar parecido a la Tierra donde el hombre pueda vivir como lo hacíamos en ella, pero sin cometer los mismos errores que nos llevaron a tener que abandonarla.
Todas nuestras necesidades se encuentran cubiertas gracias al trabajo colectivo, pero no se nos asigna una función hasta que no cumplimos los 18 años. Hasta entonces estamos ocupados en nuestra educación. La educación se divide en tres fases, hasta los 12 años la educación es común para todos, hasta los 16 años es más específica, teniendo en cuenta las preferencias y aptitudes individuales para nuestro trabajo futuro. Durante los 2 años siguientes pasamos a la fase de adiestramiento con prácticas en entornos reales y cuando cumplimos los 18 se nos considera personas con todos los derechos y deberes dentro de nuestra comunidad.
Me llamo Mada, estoy a punto de cumplir los 16 años y voy a pasar a la fase más importante de mi educación, pero todavía dispongo de bastante tiempo libre para curiosear.
A veces me cuelo en zonas restringidas para los estudiantes, pero hasta ahora no me han descubierto.
De esa manera he podido comprobar de primera mano como funcionan algunas cosas dentro de nuestra nave, sin los prejuicios y subjetividad de nuestros educadores, que siempre tienen cosas que prohibir y preguntas a las que no responder.
A veces para mis incursiones secretas utilizo los túneles de reparación de las translíneas.
Las translíneas son los medios que usamos para desplazarnos de forma más rápida y a otros niveles, están formadas por cintas móviles para los peatones y fijas para los vehículos y se conectan entre sí mediante ascensores y puertas automáticas con sensores infrarrojos.
La energía que necesitamos la conseguimos de diferentes formas, una de ellas de la estrella más cercana a la que nos encontremos con espejos parabólicos, también con biogás por la descomposición de los residuos y con automagnetos.
Todas las zonas se controlan mediante cámaras con audio, ya que son una forma rápida de comunicación sin necesidad de desplazarse, sólo en las viviburbujas se pueden activar y desactivar a voluntad, pero los túneles de reparación carecen de ellas, excepto en algunas intersecciones importantes y yo he conseguido descubrir como eludirlas.
Aunque tenemos varias formas de pasar el tiempo libre, zonas comunes de juegos, las videotecas y las zonas de reláx, hasta que se nos asigna un trabajo, algunos de nuestros ratos libres son difíciles de llenar. No necesito dormir mucho y tras leerme casi todos los libros y ver casi todas las películas de la bibliocineteca, decidí hacer excursiones no autorizadas.
El saber que estoy haciendo algo prohibido me procura más satisfacción que cualquier otra cosa y he podido aprender otras que no se nos enseñan.
Ahora estoy mirando a través de los ventucos de nuestra viviburbuja, a veces una lluvia de meteoritos o la explosión de una estrella rompen la monotonía, pero hoy no parece que vaya a ocurrir nada especial, quizá pueda escaparme sin que mis padres me vean.
Continuará....